lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Será la definitiva?

Son muchas ya. "lo sé". Son palabras vacías de tanto repetirse. "lo sé". No haces nada por cambiar. "lo sé".

Unas riendas firmes por favor.

sábado, 16 de agosto de 2014

Inside Job

En primer lugar decir que el contenido de esta entrada está extraído de un vídeo de youtube, el cual dejo enlazado por si alguien quiere visitarlo.

He de asumir que estoy en una de mis peores rachas anímicas. Estoy montado en una montaña rusa de emociones y aunque ya estoy recibiendo ayuda psicológica por parte de una profesional, he de trabajar conmigo mismo para salir de este bache lo antes posible y así construirme como la persona que quiero ser.

Quizás esto no sea más que una chorrada de vídeo motivacional, pero lo cierto es que en este momento cualquier ayuda es poca y me veo en la necesidad de agarrarme a un enlucido para ir saliendo de este pozo en el que me he visto inmerso.

Lo que a continuación voy a escribir no es más que la transcripción del vídeo en cuestión, del cuál trataré de sacar las mejores enseñanzas que me pueda aportar y al mismo tiempo, si a alguien le sirve, ahí queda. Advierto lo de la transcripción para ahorrar a quien no le interese la lectura, aunque a mí siempre se me quedaron mejor las cosas cuando las leí que cuando las escuché. No conforme con esto, lo escribo:


7 Hábitos de la gente feliz (y de los que nunca hablan)

1.- Se ponen en primer lugar. 
El amor propio no es ser egoísta. Las personas felices ponen sus necesidades en primer lugar porque ven el poder de mostrarse cargados de energía ante los demás. Cuando te cuidas a ti mismo ayudas así a todos los que te rodean, pero si sacrificas tus necesidades con el fin de ayudar a los demás sólo estarás dando la mitad de tu potencial para ayudar.

2.- Les gusta lo que es temporal.
Las personas que se sienten en paz con la vida reconocen que todo tiene su tiempo y su lugar. Las relaciones, trabajos y experiencias son parte de un plan más grande. La gente feliz reconoce que la vida es un acto de equilibrio entre aferrarse y dejar ir. de sentirse cómodo soltando cosas que ya no les sirven, es fundamental.

3.- No piden disculpas por sus deseos.
Algunos pueden llamarlos egoístas, locos e incluso ridículos, pero la gente feliz hace que sus sueños se conviertan en realidad y se centren en sus objetivos con fuerza y sin temor. A menudo expresan rápidamente lo que desean porque creen en sus sueños, viven la vida al ritmo de su propio tambor y siguen su corazón con valentía y energía. No se puede detener a una persona que está feliz por alcanzar sus objetivos. Ellos saben que la vida es corta y no seguir adelante sería como una muerte prematura.

4.- No se preocupan por el dinero.
Las personas felices son muy generosas, saben que cuando más se da, más se recibe a cambio. Lo que pasa es que ellos no dan esperando algo a cambio. Esta mentalidad crea una energía abundante que les aporta más riqueza. Las personas felices se relacionan sanamente con el dinero y han aprendido que éste está conectado con su autoestima; cuanto más se valoran a sí mismos, más dinero atraen. En lugar de preocuparse por el dinero, toman medidas para hacer más dinero y crear más flujo de él. Esto sucede porque hacen lo que les gusta a diario, lo cual hace que se cree una rica y profunda conexión con su propia vida. También se dan cuenta de que no necesitan mucho dinero para ser felices. Son sin ninguna duda las experiencias las que hacen que la vida merezca la pena.

5.- No necesitan agradar a los demás.
A las personas más felices que puedas conocer no les importa lo que otros digan o piensen de ellas. Lo único que importa es que ellos mismos se gustan. Esta seguridad en sí mismos y energía, a menudo atrae a mucha gente. Las personas felices suelen tener buenos amigos, pero no dependen de ellos o de sus gustos.

6.-Saben que el rechazo es una protección.
Las personas felices no se toma el rechazo como algo personal. Ellas saben que en el gran esquema de las cosas, la vida les dará lo que realmente necesitan. Así que el hombre que no volvió a llamar, el puesto de trabajo que no consiguieron o la carta de un préstamo bancario rechazado son signos universales de que esto no era para ellos; confían en que algo mejor está en camino.

7.-Ven a todos como iguales.
Las personas felices no ven la diferencia entre cualquier persona o cualquier situación. No juzgan, condenan o señalan los fallos de los demás. No tratarán de demostrar que te equivocas. Ellos abrazan toda la diversidad que la vida les presenta. Les alegran los contrastes.



Más o menos esa es la transcripción del vídeo. Después de oírlo, escribirlo y leerlo un par de veces me doy cuenta de que ciertos hábitos de los que habla los estoy realizando de manera totalmente opuesta. No sé si con esto encontraré la solución a mis problemas anímicos, de hecho lo dudo, pero creo que todo lo que pueda ayudar será positivo.

Creo que la meta de una vida plena es alcanzar una felicidad conforme. No ser conformista con cualquier cosa, pero tampoco cargar con la ansiedad de desear algo inalcanzable. Realismo y felicidad pueden caminar juntos de la mano, la cuestión es hallar el sendero que recorren y seguirlo paso a paso.

A


Contenido obtenido del canal de youtube de aumentandomiautoestima.com



jueves, 14 de agosto de 2014

Fuerzas de la nada

Hay momentos en los que pienso que no puedo más.
Que todo se acabó, que no hay próxima oportunidad.

Hay momentos en los que el papel es gris y el bolígrafo negro,
en los que las palabras que salen no concuerdan y se emborronan
a causa de las lágrimas que caen sobre ellas.

Hay momentos en los que uno tiene que decir ¡basta! y tomar las riendas.

Odio ser tan débil.
Odio ser fuerte pero creerme débil.

Montañas de granos de arena, paredes de papel.

¿Ganas de qué?

De lo que sea.

Las encontraré...

A


pd: la canción para otro día, que voy pegado de tiempo.

viernes, 25 de julio de 2014

La máquina del tiempo

Estoy seguro de que todo el mundo, al igual que yo, alguna vez ha deseado tener en su propiedad la mítica máquina del tiempo. Las motivaciones son múltiples y las posibilidades, infinitas; sólo es cuestión de pensar, de dejar que la idea se impregne en la cabeza de uno y empezar a fantasear con ese hecho.

Habrá quien la utilice, por ejemplo, para visitar otras épocas. Típico, te levantas un miércoles tonto y dices: "voy a ver qué tal era el mundo en el año 722 d.C.".

Seguramente, más de uno se plantearía el avanzar una semanita, conocer los números del gran sorteo de la lotería de turno y hala, rico y a por más.

Otros, quizás como yo, trataríamos de hacer saltitos en el tiempo y corregir errores, cambiar una frase o un acto; acudir o no a un sitio, cambiar las cosas que me afectan en el día a día. Dicen que a lo hecho, pecho; que no hay que arrepentirse de los actos y todo eso, yo sólo digo una cosa: ¡Y UNA GRAN MIERDA DE CAMELLO TIERNA Y HUMEANTE!

Vamos, descarao'. Lo que sería capaz de hacer yo con la maquinita de los cojones, aunque tuviera que volver seis veces al mismo momento hasta que deje de cometer el error. Los malditos errores son los que nos construyen, hemos de aprender de ellos y corregirlos para que no nos vuelva a pasar lo mismo, pero ¿qué hay de los errores que una vez cometidos no pueden corregirse? ¿Qué haces cuando la has cagado y ya no hay vuelta de hoja? Evidentemente, 6000 kilowatios de carga y saltito al canto. Igual, cambiando un hecho de lo más simple, podríamos cambiar nuestra vida entera, no lo sé, esta entrada es carne de SciFi...


Pueso...





jueves, 24 de julio de 2014

Retomando... Cinco años después

Hace cinco años y casi dos meses desde mi última entrada en "Unas líneas". Lo dejé, no sé bien por qué. Era algo que me gustaba, en lo que me entretenía y me hacía sentir bien.

Hace cinco años de muchas cosas importantes, las que más para mí. Han sido cinco años de montaña rusa emocional y personal que no sabría juzgar todavía. Cinco años en los que me he acabado sintiendo estancado, acomodado a la situación y la verdad es que no sé si es bueno o malo. Bueno, porque de haber sido tremendamente malo habría tomado un camino a saber donde. Malo, porque las personas han de crecer, evolucionar, progresar, avanzar, madurar; llámalo como quieras.

Autoanalizándome casi me veo igual que hace cinco años, cuando estaba tan hasta la polla de tantas cosas (cuando hoy he recordado este blog y he revisado las respuestas de las últimas entradas que hice me he quedado a cuadros). Ahora podría encadenar una infinita retahila de cosas que me tocan la polla, pero bien pensado, todos tenemos lo nuestro y no he de olvidar el tono humorístico de esa entrada; quizás ahora sería más trágico, quizás en realidad no esté en el mismo punto que antes, cuente con una perspectiva que la experiencia me ha otorgado y haya podido conocer problemas de verdad.

Mientras hago esta entrada, repaso borradores inacabados o acabados que no me convencieron en su momento; después de releerlos y del paso de los años he de decir que no era todo una gran montaña de mierda, algunos tenían su puntito y todo, para mí quedaron. Mientras hago esta entrada me planteo si la acabaré, si seguiré escribiendo los próximos días, semanas, meses o años. Me digo a mi mismo que sí, que me estoy sintiendo bien escribiendo, que he pasado por varios blogs, fotologs, fa ce bucs, perfiles personales de msn y demás mierdas sociales similares y siempre he acabado soltando un mega tocho propio del rey de los palizas, pero oye, nadie obliga a que esto sea leído; de hecho siempre lo tomé como algo propio, para mí, como diría Sabina, más o menos: Yo, mí, me, conmigo...

Al final sólo me queda una conclusión, este es un blog personal; al que entre, bienvenido y, cuando no le guste, la puerta está ahí.

Espero con el paso de los días retomar esta sana costumbre, ser capaz de aportar algo más, reencontrar una identidad perdida entre el paso de los días que me haga volver a sentir bien, bien de verdad.

De momento, esto queda, no prometo nada, sólo dejo una canción.


Saludos

Álex



viernes, 29 de mayo de 2009

Gente

Reflexión sobre la gente, en general.

Apesta.

Y no soy una persona que por naturaleza diga eso, pero apesta. Apesta la falta de personalidad en general. Apestan los estereotipos. Apesta el que se muestra diferente del resto para ser igual que otro resto. Apestan altos y bajos. Apesta el mendigo y el ejecutivo. Apesta el basurero y la chica de la tienda de cosméticos.

Apestan las redes sociales, aunque yo mismo sea miembro de algunas. Apesta mi hipocresía por hacerlo. Apestan las masas, sudorosas o no. Apestan las fábricas y sus tiradas en serie.

Apestan las Rayban de pasta en 27 colores, todos y cada uno de ellos.

Apestan unos niñatos en la edad del pavo que invitan al resto de personas a su alrededor a que escuchen sus incoherentes conversaciones acerca de como una piedra mira a un palo cantar, o algo de eso debían de decir...

Apestan (y de verdad) unos garrulos que borrachos de tiempo libre vienen a ocupar el tuyo con sandeces.

Apesta todo tanto algunas veces...



En esta entrada he escrito "Apestar" o algún miembro de su familia léxica en 14 ocasiones. Multiplicando por 16 millones obtendremos el número de veces que pasará esa palabra por mi cabeza antes de que acabe el día...

Y no quedan 20 minutos...

miércoles, 18 de junio de 2008

No dormir

¿Calor?

No, una brisa suave y fresquita entra por la ventana y apunta a mi cara.

¿Aburrimiento?

Imposible, en tal caso ya me habría dormido.


Entonces, ¿qué es?

Situaciones se entrecortan con letras de canciones que buscan darle un significado, aunque sea falso.

Recordar frases exactas del día, de la semana, del mes y de toda la vida; desde las últimas palabras que mi abuelo me dedicó (y que siempre me hacen llorar), hasta las que no me dices.


Cabalgando sobre cábalas, no sabes como acabarás; igual encuentras el sentido de todo, que te pasas la noche en vela, ahí, sobre tu corcel verde fluorescente.



Es todo tan difícil algunos días. Son tan largos esos días, tan difíciles de acabar.

Necesito llorar y no tengo ningún hombro cerca; y los que están cerca también lloran y necesitan el mío, y, ni sé, ni puedo negárselo.

Es todo tan difícil cuando ves fácil lo que antes así te parecía y buscas el momento de volver a tenerlo. Y buscas el modo de hacer las cosas bien. Y te dan palos y te mueven del camino, y subes los últimos escalones medio encorvado, pero siempre hay otro piso más.

Necesito un beso y un abrazo. Bueno no, en realidad necesito como varios millones para quedar en paz. Necesito que pases la mano por mi cabeza y juegues con un rizo de ella.



En realidad no me gusta lo que hago, pero no sé salir solo de ello y cuando pasan estas cosas me desmorono un poco más y sólo consigo...



No dormir.